ObservatorioAstronómico

LA SOLUCIÓN

El observatorio se concibe como un recorrido en espiral al aire libre en el que hay una primera parte donde se desarrolla el observatorio lunar a través de los telescopios situados a lo largo del recorrido. Conforme nos vamos acercando al centro, el muro que configura la espiral se convierte en una curva de asientos para el observatorio estelar.

La salida del observatorio se produce de forma subterránea, como desapareciendo de la escena, para volver a aparecer unos metros más adelante esta vez por la orientación de la puesta de sol en el solsticio de verano. Este punto enlaza con el recorrido que bordea los pozos de la nieve. Cuando salimos del observatorio, afuera, y siempre de noche, la oscuridad deja paso a los rayos de luz que surgen de las entrañas de los pozos, como si de una grieta en el terreno se tratase. Se encienden de esta manera los pozos, lanzando haces de luz al cielo como queriendo alcanzarlo.

Estos haces de luz traducen el calendario lunar y estelar que antes veíamos en el observatorio, y lo transforman con el color y las inclinaciones de sus rayos, diciéndonos así en qué estación del año nos encontramos. Cuando los rayos de luz se proyectan de forma vertical hacia el cielo, se convierten en un código de luz que conforme nos movemos por el parque natural van cambiando. De esta manera se establece un código que nos sirve para orientarnos por la sierra. La luz se convierte así en un instrumento que además de orientarnos, nos puede indicar un determinado acontecimiento, una fiesta, una fecha determinada…